Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 19 de Abril del 2024

comentario A CUA 2 2017

dibujo de nando


Podríamos titular el comentario de este domingo, “Bautismo y Misión”. Vemos en el evangelio cómo Jesús es elegido y enviado. En el bautismo Dios también nos elige y nos envía. Somos elegidos y enviados a realizar una misión, la de construir el Reino de Dios. Lo que da sentido a la vida de Jesús, desde su bautismo, es la misión. El bautismo es como la rampa de lanzamiento en la que Dios Padre reconoce a su hijo y lo presenta a la humanidad: “Nada más ser bautizado, Jesús salió del agua y, mientras salía, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre él. Y una voz del cielo decía: Este es mi hijo amado, en quien me complazco” (Mt. 3, 16-17). Esta presentación encierra una misión que recoge la escena, en el monte Tabor: “Mientras Pedro hablaba los envolvió una nube luminosa. Y de la nueve salió una voz que dijo: Este es mi hijo amado, a quien he elegido. Escuchadle” (Mt.17,5).

¡Cómo se parecen estas frases! “Este es mi hijo amado, en quien me complazco…” “este es mi hijo amado a quien he elegido. Escuchadle”. Dios ama a su hijo, lo elige y lo envía para que lo escuchemos porque tiene muchas cosas que decirnos. Por eso, en este tiempo de cuaresma, se nos invita a dar especial importancia a la oración, al encuentro con Jesús, a la relación personal con él. Es tiempo en el que nos habla, nos sugiere, nos abre caminos nuevos.

En este nuestro mundo del “todo vale”, es una suerte para nosotros tener a alguien de garantía a quien escuchar y seguir.

Pero no podemos olvidar que Jesús no es partidario de un falso espiritualismo. El encuentro de los Apóstoles con el misterio, en el Tabor, les impulsa a “bajar a Jerusalén”. No se quedan flotando en las alturas sin descender a la arena, sin pisar tierra. El encuentro con Jesús es para cargar la batería y caminar cumpliendo la Misión que nace del bautismo.

El lema de este domingo, “en la hoja de acompañamiento” dice: “Caminar con Jesús nos lleva a la realidad/ Jesusek zokoratuen alde jokatzera garamatza”.

Dios no nos quiere perezosos, comodones, sedentarios, apoltronados, ociosos, calmosos. A Abraham le dice: “sal de tu tierra hacia el lugar que te mostraré”. Ante la experiencia del encuentro con el misterio de Dios, que le empuja a Pedro a decir “¡qué hermoso es estar aquí”, Jesús le llama la atención diciendo, “Levántate, no tengas miedo”, vamos a Jerusalén.

La espiritualidad cristiana encierra Tabor y Jerusalén, encuentro y compromiso, oración y vida, silencio e implicación.

Vayamos por los caminos de Dios, sintiéndonos acompañados por las palabras del salmo de este domingo: “Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”.

A.A.

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