Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario A TO12 2017
“En el discurso de la misión, a la que Jesús envía a los apóstoles, nos encontramos ante este texto que nos presenta el tema del miedo. En el evangelio de hoy (Mt 10,26-33) el miedo se menciona tres veces. ¿Por qué este miedo? Lo primero, y lo más evidente es que la predicación del Reino de Dios enfrenta, al que lo predica, con situaciones muy peligrosas”. (J.M. Castillo).
Todos sabemos que ser constructores del Reino implica denuncia y anuncio: Denuncia de las situaciones de injusticia y de explotación que viven muchos hombres y mujeres, y anuncio de un mundo nuevo en el que todas las personas vivan con la dignidad de hijas de Dios.
La denuncia siempre encierra amenaza para los que detentan el poder, cualquier clase de poder, sea político, económico o religioso. El anuncio del Reino es un peligro para los que tienen privilegios y no quieren dejarlos. Tanto la denuncia como el anuncio conllevan riesgos y esos riegos dan miedo. Si el Reino de Dios se anuncia impunemente hay que preguntarse si lo que se anuncia es el Reino de Dios o, en realidad, se anuncia otra cosa.
En nuestra diócesis, actualmente, se están poniendo en práctica formas de presencia religiosa, que, a mi modo de ver, no recogen el espíritu del mensaje que nos propone Jesús en Mt 6,1-6. 16-18, y en Mt 10,26-33. La religiosidad y expresiones pietistas, las procesiones pomposas, las devociones desencarnadas, no ayudan a construir el Reino de Dios. La presencia de personas cristianas en las realidades del mundo, en las organizaciones sociales y políticas sí, porque son levadura y luz. Esa manera de presencia construye Reino y, por eso, encierran riego y, a veces, dan miedo.
“No tengáis miedo,… vosotros valéis más que muchos pajarillos” (Mt 10,31).
ORACION
Señor,
líbrame del miedo
que en tiempos de crisis es el peor pecado
porque agiganta los problemas
y despierta añoranza del pasado.
Líbranos del miedo que nos lleva
a culpabilizar al mundo en lugar de amarlo.
Señor, devuélvenos la esperanza para vivir con alegría
y ser flexibles con los hermanos.
Señor, el miedo nos invade y nos hace perder la fe.
En las tempestades de la vida, pareces dormido,
pero nos hablas en lo profundo del corazón:
¿Por qué tenéis miedo?
Que en estos momentos recordemos
que Tú también, Señor,
pasaste por momentos
de desierto e incertidumbre
y que desde la Resurrección
estás siempre a nuestro lado.
Señor, que a lo largo de este verano
tengamos presente
que vas en nuestra misma barca.
Que creamos en tu presencia
cuando las cosas vayan bien
y cuando surjan problemas.
Este comentario semanal estará de vacaciones hasta el mes de septiembre.
ESKERRIK ASKO
A.A.
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