Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Jueves 25 de Abril del 2024

comentario A TO17 200726

fano


El evangelio nos ofrece dos breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En ambos relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y los dos reaccionan del mismo modo, venden con alegría y decisión lo que tienen y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.

Creo ver tras estas parábolas que Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyecto apasionante del Padre que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.

Hoy, después de veinte siglos de cristianismo, ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?

Yo, pocas veces hablo del Reino de Dios. Y pocas reacciones veo de interés, o de alegría cuando se dice esta expresión, “Reino de Dios!” quizás, la reacción más frecuente sea desconectar porque suena a “cosas de curas”.

Sin embargo, si digo pandemia, o covid19, hay más reacción, a veces, interés, atención, a veces hastío…. sin embargo el Reino de Dios…

Si esta es la fe de los cristianos de nuestros barrios, si ni siquiera oyen hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios", nuestro futuro como creyentes es inquietante. Si ignoran que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto del Padre “buscar el reino de Dios y su justicia”, ¿Van a reconocer la perla que ofrece seguir a Jesús?

El pueblo de Dios, tú, yo, la comunidad,… no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.

El verano es tiempo de descanso, también para la vista. Que la relajemos para mirar como Jesús y encontrar la perla que merece la pena. Y ¡ojala respondamos como los protagonistas de las parábolas de hoy!

 

La pagina de participación en las eucaristías de este domingo de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu. PINCHA ABAJO


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