Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Jueves 18 de Abril del 2024

comentario A TO2 2017

niños refugiados


El domingo pasado el evangelio recogía la escena del bautismo de Jesús, que era presentado por el Padre como su hijo amado, al que teníamos que escuchar. Venía al mundo a cumplir la voluntad del Padre y, para cumplirla, necesita la fuerza del Espíritu Santo. Así lo expresa el evangelio de Juan este domingo: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma y reposar sobre él”.

Su misión, movido por este Espíritu, consiste en “ser luz de las naciones para que seas mi salvación”. (Is 49).

El mundo necesita ser iluminado para cambiar muchas realidades que encierran inhumanidad y sufrimiento. Una de ella es la de las Migraciones. Hoy nos lo recuerda la celebración de la Jornada Mundial de la persona Emigrante y refugiada. El lema de este año es: “MENORES MIGRANTES. VULNERABLES Y SIN VOZ. RETO Y ESPERANZA” – “ADIN TXIKIKO ETORKINAK, EZ BABES ETA EZ AHOTS. ERRONKA ETA ITXAROPENA”.

De esta manera, el Papa Francisco nos invita a mirar a los niños que se encuentran desprotegidos por ser menores, extranjeros e indefensos.

“Por diversas razones, son forzados a huir de conflictos y persecuciones, a vivir lejos de su tierra natal y separados del afecto de su familia, con el riesgo de acabar solos y abandonados. Y, aún peor, de caer en las redes de la explotación y el abuso de menores, ejercidos por gente sin escrúpulos, ocasionando daño a tantos niños y niñas, que son iniciados en la prostitución o atrapados en la red de la pornografía, esclavizados por el trabajo de menores o reclutados como soldados, involucrados en el tráfico de drogas y en otras formas de delincuencia, reducidos al silencio por la trata infantil y, en definitiva, privados de los derechos propios de la niñez, sancionados por la Convención Internacional sobre los Derechos de la Infancia”.

“El Papa Francisco nos marca un itinerario evangélico: ser conscientes de que el fenómeno migratorio está unido a la historia de la salvación; adoptar medidas que aseguren a los niños migrantes protección y defensa; trabajar por su integración; buscar y adoptar soluciones permanentes, afrontando las causas que provocan la emigración en sus países de origen”.

“La Jornada nos anima a seguir profundizando en la realidad de tantos menores, migrantes y no migrantes, en definitiva nuestros hijos e hijas, que forman parte de nuestras familias y con quienes convivimos día a día en el hogar, por nuestras calles y plazas, escuelas y colegios, centros de salud, parques, jardines, recintos deportivos, etc. Tristemente, ningún menor está libre de su vulnerabilidad y del riesgo de verse privado de sus derechos. Y ninguna sociedad y religión estamos exentas de escuchar el clamor de los pequeños y elevar su voz para que gocen en plenitud de su niñez, de su familia y de un futuro mejor”.

(Textos del escrito de la delegación diocesana de migraciones, basado en el Mensaje del Papa)).

Si cuarenta mil niños sucumben diariamente

en el purgatorio del hambre y de la sed

si la tortura de los pobres cuerpos

envilece una a una a las almas

y si el poder se ufana de sus cuarentenas

o si los pobres de solemnidad

son cada vez menos solemnes y más pobres

ya es bastante grave

que un solo hombre

o una sola mujer

contemplen distraídos el horizonte neutro…

pero en cambio es atroz

sencillamente atroz

si es la humanidad la que se encoge de hombros (Mario Benedetti).

 

Te animo a que, durante esta semana, hagas esta oración al Padre Dios, del salmo de la misa de hoy:“ Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.

A.A.

 

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