Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Sábado 20 de Abril del 2024

Comentario A TO6 200216

fano


Los judíos hablaban con orgullo de la Ley de Moisés. Según la tradición, Dios mismo la había regalado a su pueblo. En esa Ley se encierra la voluntad del único Dios verdadero. Ahí pueden encontrar lo que necesitan para ser fieles a Dios.

Para Jesús la Ley es importante, pero no ocupa el lugar central. El vive y comunica otra experiencia: está llegando el reino de Dios. No basta quedarnos con cumplir la Ley de Moisés. Es necesario abrirnos al Padre y colaborar con él para hacer la vida más justa y fraterna.

Así, según Jesús, no basta cumplir la Ley, que ordena “no matarás”. Es necesario arrancar de nuestra vida la agresividad, el desprecio al otro, los insultos o las venganzas. Aquel que no mata cumple la Ley, pero, si no se libera de la violencia, en su corazón no reina todavía ese Dios que busca construir con nosotros una vida más humana.

Quizás nos hemos acostumbrado y no nos llama la atención que se extienda en la sociedad un lenguaje que refleja el crecimiento de la agresividad. Cada vez son más frecuentes los insultos ofensivos, proferidos solo para humillar, despreciar y herir. Palabras nacidas del rechazo, el resentimiento, el odio o la venganza.

O esas conversaciones tejidas de palabras injustas que reparten condenas y siembran sospechas. Palabras dichas sin amor y sin respeto que envenenan la convivencia y hacen daño. Palabras nacidas casi siempre de la irritación, la mezquindad o la bajeza.

Y ahora sí volvemos a la ley, ley para prohibir algunas palabras. Ley para dejar huecos a otras expresiones….

Pero esas expresiones son también una realidad en el interior de la Iglesia. Y cualquier cristiano que se mueva por el evangelio, sufre al ver divisiones, conflictos y enfrentamientos de cristianos en guerra contra otros cristianos. Duele que entre nosotros se consientan diversas formas de odios, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas.

¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos? El evangelista Juan, insistía en el amor fraterno. Nosotros acogiendo ese espíritu tenemos una hermosa tarea en la cultura del encuentro con los demás, entre los cristianos. ¡que así sea!


Attachments:
Download this file (200216 TO A6 Hoja pueblo SAN IGNACIO.pdf)hoja de participación A TO6 20[hoja de participacion 200216]1616 Kb