Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Jueves 18 de Abril del 2024

comentario C Pascua 5 2019

fano


La vida del ser humano tiene su origen y su término en el misterio de un Dios que es amor infinito e insondable. Por eso, lo reconozcamos o no, la tuerza vital que circula por cada uno de nosotros proviene del amor y busca su desarrollo y plenitud en el amor.

Esto significa que el amor es mucho más que un deber que hemos de cumplir o una tarea moral que nos hemos de proponer. El amor es la vida misma, orientada de manera sana. Sólo quien está en la vida desde una postura de amor está orientando su existencia en la dirección acertada.

Los cristianos hemos hablado mucho de las exigencias y sacrificios que comporta el amor, y, sin duda, es absolutamente necesario hacerlo si no queremos caer en falsos idealismos. Pero no siempre hemos recordado los efectos positivos del amor como tuerza básica que puede dinamizar y unificar nuestra vida de manera saludable.

En la medida en que acertamos a vivir amando la vida, amándonos a nosotros mismos y amando a las personas, nuestra vida crece, se despliega y se va liberando del egoísmo, de la indiferencia y de tantas esclavitudes y servidumbres que la pueden ahogar.

Además, el amor estimula lo mejor que hay en la persona. El amor despierta la mente dándole mayor claridad de pensamiento. Hace crecer la vida interior. Desarrolla la creatividad y hace vivir lo cotidiano, no de manera mecánica y rutinaria, sino desde una actitud positiva y enriquecedora.

Precisamente porque enraíza a cada uno de nosotros en su verdadero ser, el amor pone en la vida color, alegría, sentido interno. Cuando falta el amor, la persona puede conocer el éxito, el placer, la satisfacción del trabajo bien realizado, pero no el gozo y el sabor que sólo el amor pone en el ser humano.

No hemos de olvidar que el amor satisface la necesidad más esencial de la persona. Ya puede uno organizarse su vida como quiera, si termina sin amar ni ser amado, su vida es un fracaso. Vivir desde el egoísmo, el desamor, la indiferencia o la insolidaridad es vaciar la propia vida de su verdadero contenido.

Los creyentes sabemos que el amor es el mandato cristiano por excelencia y el verdadero distintivo de los seguidores de Cristo: "La señal por la que os conocerán que sois mis discípulos será que os amáis unos a otros.” Pero no hemos de olvidar que este amor no es una carga pesada que se nos impone para hacer nuestra vida más difícil todavía, sino precisamente la experiencia que puede traer a nuestra existencia mayor gozo y liberación. Un amor que mueve también a atender a los enfermos. Por eso la próxima semana celebraremos en nuestra Unidad Pastoral la Unción de los enfermos.

Para ver la hoja de participación en las eucaristías de este domingo en la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu. PINCHA AQUÍ.