Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Sábado 20 de Abril del 2024

comentario domingo XXVI

comentario domingo xxvi


Cómo nos gusta distinguir, separar, diferenciar, llamar la atención sobre “el diferente”,

el que tiene otro color de piel, otra lengua, otra cultura, otra religión. “No es de los nuestros”: es extremeño, es africano, es latinoamericano; es mahometano, ortodoxo, adventista. Es católico, pero tiene otra línea, otra manera de pensar y de actuar. Creo que lo hacemos así, no por maldad sino como autodefensa. Es una actitud de autodefensa que salta como un resorte automático.

Hacemos lo mismo que hicieron los discípulos y discípulas de Jesús: «Se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros».

A estos discípulos no les importa lo que ha hecho esa persona, no miran si la acción que ha realizado está bien o mal, si es una acción sanadora o no. Les importa si es del grupo o no.

Estos días contemplamos cómo el Papa Francisco habla ante muchísimas personas de razas, religiones y culturas diferentes. Y uno no puede menos de recordar las palabras de Jesús a los discípulos: “No se lo impidáis, porque el que no está contra nosotros, está a favor nuestro”.

Jesús está abierto a relacionarse con todas las personas sin mirar el color de su piel, la situación económica, la religión a la que pertenecen. Ejemplos tenemos muchos: El centurión romano, la mujer siro - fenicia, la samaritana, el cobrador de impuestos Mateo, el ciego de Jericó, el hijo de la viuda de Nain, etc.

Jesús rechaza la postura sectaria y excluyente de sus discípulos que solo piensan en su prestigio y crecimiento, y adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Lo importante es colaborar en el crecimiento del bien en el mundo

Éste es el Espíritu que ha de animar siempre a sus verdaderos seguidores.

Se decía antes: “Fuera de la Iglesia católica no hay salvación”. ¡Qué lejos estaba esta Iglesia del mensaje de Jesús! Hay en el mundo un número incontable de hombres y mujeres, pertenecientes a otras religiones o no creyentes, que hacen el bien y viven trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. En ellos está vivo el Espíritu de Jesús. Hemos de sentirlos como aliados, nunca como adversarios. No están contra nosotros pues están a favor del ser humano, como estaba Jesús.

Donde se lucha por los humillados, los aplastados, los débiles, los abandonados, allí se está acompañado por Dios, construyendo su Reino; se sepa o no, Él lo sabe”.

Los cristianos hemos de valorar con gozo todos los logros humanos, grandes o pequeños y valorar también todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social.

Dios, a través de su Espíritu, sigue soplando por todos los lugares del mundo y siempre encuentra corazones abiertos y dispuestos a hacer el bien. Nos unimos a todos ellos porque todos somos hijos de Dios, Padre-Madre.

A.A.