Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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El VII informe FOESSA ha puesto de manifiesto que en nuestra comunidad autónoma vasca 360.000 personas se encuentran en situación de exclusión social y que 113.000 de esas personas sufren la exclusión severa.
Gozamos de un buen nivel de protección social porque contamos con herramientas como la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) y las Ayudas de Emergencia Social (AES), pero lo tenemos que renovar y mejorar.
En nuestro modelo social destacan los altos niveles de desigualdad salarial, la mala redistribución del sistema de impuestos y un modelo de prestaciones que es todavía insuficiente. El Ararteko demanda una revisión de las condiciones para recibir las ayudas sociales porque le parecen que, tal como están, condicionan gravemente la vida de muchas personas y familias.
Ante esta situación que encierra mucho sufrimiento, los cristianos no podemos quedarnos de “brazos cruzados”. No podemos permitirnos no sentir, no escuchar, no querer ver, y menos ponernos en contra de las ayudas que reciben muchas personas y familias que han venido de otras naciones.
La Campaña de Caritas recoge la pregunta que le hizo Dios a Caín: ¿Qué haces con tu hermano?, Zer egiten duzu zure senidearekin?. No le respondamos como le respondió Caín: ¿Acaso soy guardián de mi hermano?
Caritas quiere recordarnos que si queremos vivir con sentimientos buenos, no solo debemos ocuparnos de lo nuestro, no podemos quedarnos indiferentes ante la pobreza y la desigualdad que tanto sufrimiento producen, sino que estamos llamados a vivir la solidaridad, la caridad con los que lo pasan mal.
Comprendamos que la Caridad va más allá que la justicia, pero la incluye y le da pleno sentido. Escuchamos estas palabras de Jesús: “Buscad, ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura” (Mt.6, 33).
La figura de María aparece radiante en el evangelio de hoy porque no se hace la desentendida ante la propuesta de Dios. No le contesta, “eso no va conmigo.
Se atreve, apoyada en su fe confiada en Dios, a decir, SÍ, “hágase en mi según tu voluntad”. Hágase que el niño que voy a gestar es tu hijo y el mío, es tu enviado para dar luz al mundo.
En este día de Caritas hagamos posible que “aquel que tiene sed, puede encontrar fuentes de agua para saciarse; aquel que necesita consuelo, pueda encontrar acogida y cariño porque nos hemos atrevido a decirle a Dios, “SI, hágase tu voluntad”.