Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 19 de Abril del 2024

domingo comunitario 170319

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Decía una canción de Serrat: “El sur también existe”. Y hoy, un año más, seguimos dando la voz a las personas que vienen del Sur, de tierra de Misiones Diocesanas. La unidad Pastoral Santa María de Olárizu celebró el domingo 19 de marzo su “domingo comunitario”. La posibilidad de compartir la palabra y la escucha, la misa y la mesa, con la clave de la solidaridad con el tercer mundo, en concreto con personas venidas de los lugares vinculados con Misiones Diocesanas Vascas. Es la experiencia que se llama “VOCES DEL SUR”.

Desde Ecuador llega Isabel Matilla, natural de Berriz, que lleva 30 años en Misiones, concretamente en Manabí. Su gran capacidad de comunicación nos hizo “vivir” el terremoto de 7.8 grados que sufrió, hace ahora 11 meses, Manabí y otros lugares cercanos -700 personas murieron; hospitales, escuelas y casas quedaron destruidos-, cada replica hacía temer nuevamente lo peor. La tragedia natural despertó la solidaridad nacional e internacional: dice Isabel, “la gente comió mejor después del terremoto que antes” (había comida para todos), que los proyectos de reconstrucción han sido, y siguen siendo, un dilema de gestión, y de decisiones a veces dramáticas -¿para cuántos hay casas prefabricadas?, ¿quiénes irán a la universidad?…-. Con todo, agradece enormemente la solidaridad, y la esperanza que ésta les llevó.

Este encuentro tuvo un inicio “original”: comenzamos todos juntos (unas 60 personas) con una danza contemplativa que dirigió Oscar Areitio, y que nos acercó unos a otros en espíritu, sin necesidad de palabras.

Tras el testimonio de Isabel, un juego sencillo y tres power-points sirvieron para reflejar cuántas situaciones de injusticia se dan también en el “Norte”: violencia de género, insolidaridad con los que huyen de las guerras, o simplemente discriminación con el que es diferente a nosotros. La indiferencia es una respuesta injusta muy frecuente entre nosotros.

Esa indiferencia tan denunciada por el Papa Francisco, cuando dice: «Estamos acostumbrados a una cultura de la indiferencia y tenemos que trabajar y pedir la gracia de realizar una cultura del encuentro. De este encuentro fecundo, este encuentro que restituya a cada persona su propia dignidad de hijo de Dios, la dignidad del viviente. Estamos acostumbrados a esta indiferencia, cuando vemos las calamidades de este mundo o las cosas pequeñas: ‘qué pena, pobre gente, cuánto sufre’… y seguimos de largo. El encuentro. Si no miro – no basta ver, no, hay que mirar – si no me detengo, si no miro, si no toco, si no hablo, no puedo hacer un encuentro y no puedo ayudar a hacer una cultura del encuentro».

Personalmente, sentí muy dentro el lema de esta jornada, “La acogida”, cuando compartí misa y picoteo con un enfermo lleno de gratitud hacia Jesús de Nazaret, cosa poco habitual en cualquier otro día y lugar.

M. R.