Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Miércoles 24 de Abril del 2024

Fiesta de Cristo Rey 23 Nov 2014

Festividad Cristo Rey


Poco tiene que ver la figura de Jesús de Nazaret con la de los reyes de los distintos países, también con el de nuestro país. Jesús, más bien, rechazó el título de rey en muchas ocasiones, lo podemos ver en los evangelios. Muy conocido es el relato de la multiplicación de los panes y los peces en el que la multitud  quiso hacerle rey. Solo aceptó este título cuando Poncio Pilato, en el juicio en el que le condena a muerte, le pregunta, ¿luego tú eres rey? Y Jesús le contesta: “Sí, y para esto he venido al mundo para ser testigo de la verdad…, pero mi reino no es como los de este mundo”.

Este Rey, al final de los tiempos está llamado a ser “juez universal” con una manera de actuar que me da mucha confianza y alegría. ¿Sabes por qué? Porque, para juzgarnos, se deja llevar de la compasión. Nos dice, con el ejemplo, lo  que debemos tener como norma de comportamiento: “sed compasivos como vuestro padre es compasivo”.

¿Vivimos con compasión? Vivir con compasión es padecer con los que padecen. Pero también podemos vivir con compasión si vivimos la vida con pasión. Es decir vivirla con  intensidad, de una manera apasionada, no vivirla vegetando, sino “a tope”.

Hay dos verbos que me han llamado la atención en el evangelio de hoy: Ver y hacer.

VER

¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado o hambriento? ¿Cuándo te vimos..?. Nuestras vidas, están tan centradas, a veces, en nosotros mismos que no vemos, no percibimos lo que ocurre a nuestro alrededor y dejándonos llevar de nuestra ceguera, de nuestra comodidad o de nuestros miedos, hacemos como el avestruz, metemos nuestra cabeza debajo del ala (comodidades, miedos, cegueras). Por eso, para nosotros, los hambrientos, los encarcelados, son “invisibles”.

Es curioso, para nuestro sistema político-económico son excedentes, desechos y, por eso, los mantenemos como sobrantes. ¿Menuda  palabra, sobrantes! Sobran en nuestro mundo.

Hace unos años hablábamos de “excedentes”,  “sobrantes”, refiriéndonos a los productos del campo: trigo, naranjas, patatas. Hoy, cuando hablamos de “excedentes”, hablamos  de los miles de niños africanos  sin escolarizar y muriéndose de hambre, o hablamos de mujeres asiáticas, explotadas y maltratadas, o hablamos de jóvenes españoles en paro, que no saben cómo llenar su vida de sentido. Son “excedentes”, sobran. Pero, ¿cómo pueden sobrar niños, mujeres y jóvenes? ¿ A dónde caminamos?

HACER

Dice Jesús: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis?

A las personas antes de amarlas con el corazón, las aceptamos o rechazamos  con los ojos. Depende de lo que encierre nuestra mirada para que  nos atrevamos a mantener una relación positiva o de rechazo.  Si vemos al otro como un enemigo, como un ser extraño, lo más probable es que, como mínimo, lo ignoremos. Si nos acercamos a él, hablamos con él, le acompañamos y hasta nos implicamos en su vida, seguro que lo vemos  como a una persona, quizás diferente a en muchos aspectos, pero igual a mí como ser humano.

Si intentamos ver y hacer de manera positiva, abierta, acogedora, relacional, al final escucharemos estas palabras del “juez compasivo”: “Venid benditos de mi Padre”.

A.A.