Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 29 de Marzo del 2024

comentario B TO 15 210711

fano


“En la Iglesia hemos perdido ese estilo itinerante que sugiere Jesús. Su caminar es lento y pesado. No sabemos acompañar a la humanidad. No tenemos agilidad para pasar de una cultura ya pasada a la cultura actual. Nos agarramos al poder que hemos tenido.Nos enredamos en intereses que no coinciden con el reino de Dios. Necesitamos conversión”. El otro día leí este comentario y me dio por pensar en la homilía que comparto con vosotros en este primer domingo de julio del año 2021.

Porque hablar de iglesia es hablar, también, de parroquias y en nuestro caso, hablar de Unidad Pastoral. Si miramos nuestro caminar,… sin duda es lento y parece pesado movilizar esta estructura voluminosa y compleja. Es más, parece que no se puede mover y, en otros casos, que no apetece mover o hay tan diversas propuestas que no sabemos en qué dirección empujar sin grandes esperanzas de que se mueva.

Si oímos agilidad, se notan temores, prejuicios e intuyo que, somos rápidos,…para escondernos en la madriguera.

Si oímos compañeros, pensamos que tienen que ponerse a nuestro lado, no se nos ocurre pensar al lado de quien tenemos que situarnos ni cuál es el trabajo y los prójimos a los que hay que acompañar.

Si miramos nuestros intereses,… yo creo que somos de una de estas dos oraciones: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” O de otra, “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. No sé cuál de estas dos oraciones es la que vosotros y nuestra Unidad Pastoral está rezando ahora.

Total, que tenemos la suerte, una vez más, de nuestro lado. La suerte de que Jesucristo nos llame, y la suerte, nosotros, de confiar en Dios, de dejarnos llevar por su espíritu, de responder con lucidez y discernimiento a la llamada de Jesús. Y de eso nos habla hoy el evangelio.

El relato de Marcos deja claro que solo Jesús es la fuente, el inspirador y el modelo de la acción de sus seguidores. No harán nada en nombre propio. Son “enviados” de Jesús. No se predicarán a sí mismos: solo anunciarán el Evangelio. No tendrán otros intereses: solo se dedicarán a abrir caminos al reino de Dios.

Por eso hemos de purificar e intensificar nuestra vinculación con Jesús. Hemos de cuidar el contacto más vivo, lúcido y apasionado con Jesús. Sin él haremos todo menos introducir su Espíritu en el mundo.

Al enviarlos, Jesús no deja a sus discípulos abandonados a sus fuerzas. Les da su “poder”, que no es un poder para controlar, gobernar o dominar a los demás, sino su fuerza para “expulsar espíritus inmundos”, liberando a las personas de lo que las esclaviza, oprime y deshumaniza.

Aquellos discípulos saben qué les encarga Jesús. Nunca lo han visto gobernando a nadie. Siempre lo han conocido curando heridas, aliviando el sufrimiento, regenerando vidas, liberando de miedos, contagiando confianza en Dios. “Curar” y “liberar” son las tareas de la actuación de Jesús. Por hacer eso se nos ha de conocer a los cristianos.

Jesús los envía con lo necesario para caminar. Según Marcos, solo llevarán bastón, sandalias y una túnica. No necesitan más para ser testigos de lo esencial. Jesús los quiere libres y sin ataduras; disponibles, no instalados en el bienestar; y sí confiando en la fuerza del Evangelio.

Estas son algunas características del antiguo estilo del evangelio y de ese estilo hemos de aprender para nuestra forma de ser Unidad Pastoral, iglesia en esta diócesis y en este rincón de Vitoria-Gasteiz, y esto tiene tareas, de iniciar nuevas actividades y estrategias, y otras, quizás más urgentes, desprendernos de costumbres, estructuras y servidumbres que nos están impidiendo ser libres para contagiar lo esencial del Evangelio con verdad y sencillez.

Feliz mes de julio.


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