Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 19 de Abril del 2024

comentario TA1 C 211128

fano


Es convicción de los seguidores de Jesús: alentada por Dios, la historia humana se encamina hacia su liberación definitiva. Las contradicciones del ser humano, los horrores de todas las épocas, las desgracias ocasionadas por los fenómenos naturales no han de destruir nuestra esperanza.


Este mundo que nos sostiene no es definitivo. Un día, la creación entera dará “signos” de que ha llegado a su final, para dar paso a una vida nueva y liberada que ninguno de nosotros puede imaginar ni comprender.

Los evangelios recogen el recuerdo de una reflexión de Jesús sobre este final de los tiempos. Paradójicamente, su atención no se concentra en los “acontecimientos cósmicos” que se puedan producir en aquel momento. Su principal objetivo es proponer a sus seguidores un estilo de vivir con lucidez ante ese horizonte.

El final de la historia no es el caos, la destrucción de la vida, la muerte total. Lentamente, en medio de luces y tinieblas, escuchando las llamadas de nuestro corazón o desoyendo lo mejor que hay en nosotros, vamos caminando hacia el misterio último de la realidad, que los creyentes llamamos “Dios”.

No hemos de vivir atrapados por el miedo o la ansiedad. El “último día” no es un día de ira y de venganza, sino de liberación. Recordamos estas palabras de Jesús: “Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”. Solo entonces conoceremos de verdad cómo ama Dios al mundo.

Hemos de reavivar nuestra confianza, levantar el ánimo y despertar la esperanza. Un día, los poderes financieros se hundirán. La insensatez de los poderosos se acabará. Las víctimas de tantas guerras, crímenes, genocidios, injusticias, fenómenos naturales catastróficos conocerán la vida. Nuestros esfuerzos por un mundo más humano no se perderán para siempre.

Jesús se esfuerza por sacudir las conciencias de sus seguidores. “Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones”. No viváis como imbéciles. No os dejéis arrastrar por la frivolidad y los excesos. Mantened viva la atención y la profundidad. “Estad, pues, despiertos en todo momento”. No os relajéis. Vivid con lucidez y responsabilidad. No os canséis. Mantened la tensión por lo comunitario, lo colectivo, los necesitados.

¿Cómo estamos viviendo estos tiempos difíciles para casi todos, angustiosos para muchos y crueles para quienes se hunden en la impotencia? ¿Nuestro corazón está embotado o palpita con latidos de esperanza? ¿Nos reconocemos entre los que viven despiertos en todo momento? Desde las comunidades cristianas hemos de alentar la lucidez y la esperanza, conseguir que los corazones de las personas y de la sociedad lata de emoción, de dolor, de rabia, de alegría, de pena. Y hay un inicio: empezar junto a los que se están quedando sin nada, hundidos en la desesperanza, la rabia y la humillación. Y hacerlo desde la esperanza que nos regala Jesucristo en el evangelio.


Si quieres ver una de las hojas de la Unidad pastoral Santa María de Olárizu para este primer domingo de adviento del año 2021. PINCHA ABAJO


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