Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Lunes 29 de Abril del 2024

comentario B Tp4 240421

fano


El símbolo de Jesús como pastor bueno produce hoy en algunos cristianos cierto fastidio. No queremos ser tratados como ovejas de un rebaño.

No necesitamos a nadie que gobierne y controle nuestra vida. Queremos ser respetados. No necesitamos de ningún pastor.


No sentían así los primeros cristianos. La figura de Jesús, buen pastor, se convirtió muy pronto en la imagen más querida de Jesús. Ya en las catacumbas de Roma se le representa cargando sobre sus hombros a la oveja perdida. Nadie está pensando en Jesús como un pastor autoritario, dedicado a vigilar y controlar a sus seguidores, sino como un pastor bueno que cuida de sus ovejas.

El «pastor bueno» se preocupa de sus ovejas. Es su primer rasgo. No las abandona nunca. No las olvida. Vive pendiente de ellas. Está siempre atento a las más débiles o enfermas. No es como el pastor mercenario, que, cuando ve algún peligro, huye para salvar su vida, abandonando al rebaño: no le importan las ovejas.

Jesús había dejado un recuerdo imborrable. Los relatos evangélicos lo describen preocupado por los enfermos, los marginados, los pequeños, los más indefensos y olvidados, los más perdidos. No parece preocuparse de sí mismo. Siempre se le ve pensando en los demás. Le importan sobre todo los más desvalidos.

Hay algo más. «El pastor bueno da la vida por sus ovejas». Es el segundo rasgo. Hasta cinco veces repite el evangelio de Juan este lenguaje. El amor de Jesús a la gente no tiene límites. Ama a los demás más que a sí mismo. Ama a todos con amor de buen pastor, que no huye ante el peligro, sino que da su vida por salvar al rebaño.

Por eso, la imagen de Jesús, «pastor bueno», se convirtió muy pronto en un mensaje de consuelo y confianza para sus seguidores. Los cristianos aprendieron a dirigirse a Jesús con palabras del Salmo 22: «El Señor es mi pastor, nada me falta... aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo... Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida».

Los cristianos vivimos con frecuencia una relación bastante pobre con Jesús. Necesitamos conocer una experiencia más viva y entrañable. No creemos que él cuida de nosotros. Se nos olvida que podemos acudir a él cuando nos sentimos cansados y sin fuerzas, o perdidos y desorientados.

Unos cristianos, una parroquia, una Unidad Pastoral, una Iglesia que se relaciona con un Jesús mal conocido, reconocido en una imagen donde aparece crucificado, mudo y muerto, un Jesús que afirmamos resucitado, aunque eso resulte indiferente para nuestra vida, un Jesús lejano cuya voz quizás ni se escucha en las comunidades... corren el riesgo de olvidar a su Pastor. Ese pastor que quiere, que cuida, que da la vida. Ese pastor que ama y es el motor de nuestro amor.


Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu para este domingo. PINCHA ABAJO.

Si quieres ver la comunicación de lo que en los grupos en la Unidad se ha trabajado hasta ahora sobre las miradas al pasado, al futuro. PINCHA ABAJO.


Attachments:
Download this file (miradas homilia.pdf)homilia miradas[homilia miradas]2489 Kb
Download this file (Pascua 4 B Hoja.pdf)hoja B tp4 24[hoja 240421]809 Kb