Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 26 de Abril del 2024

comentario A CUA 3 2017

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“Si supieras lo que Dios da y quien es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él y él te daría agua viva” (Jn 4, 10). Todos sabemos la importancia que tiene el agua en nuestro mundo. Sin ella no existe la vida. Las consecuencias de no cuidar el agua son muy importantes, las consecuencias de no repartir el agua para todos son inhumanas.

Hoy celebramos el día de Misiones diocesanas, con el LEMA, “El mundo, una familia” – Hauek dira nire anaiarrebak”. Somos una única familia humana, reforzamos el compromiso de cuidar nuestro planeta, defendemos que el agua no es un elemento básico privado, pertenece a la humanidad, y las personas no somos dueños sino administradores de ella.

Recuerdo una frase que continuamente decía mi abuela paterna, cuando nos veía a los nietos malgastar el agua: “Con el agua no se juega, el agua se cuida”. Sabias y bellas palabras las de mi abuela. Siempre las he tenido en cuenta.

 

Las diócesis de Vitoria, Bilbao y San Sebastián hemos vivido un compromiso misionero, solidario y vivo con mucha fuerza durante muchos años, hoy con menos fuerza por diferentes causas. El “AGUA VIVA”, que ofrece Jesús a la Samaritana, ha estado presente alimentando nuestra sed de misericordia, justicia y dignidad para todos. El “AGUA QUE SALTA HASTA LA VIDA ETERNA” ha fortalecido y fortalece el caminar de cientos de misioneros y misioneras, laico/as, religioso/as y sacerdotes en estos momentos.

Sintiendo su fortaleza somos llamados a abrazar el mundo como familia nuestra para mirar a tantas personas golpeadas. No queremos pasar de todas las personas refugiadas o de las familias y comunidades que sufren las consecuencias de los terremotos, de las guerras y de las sequías que producen las hambrunas.

Recojo una reflexión de mi amigo Benjamin Respaldiza que ha entregado gran parte de su vida, durante muchos años, a comunidades empobrecidas de Angola y Ecuador: “La familia humana empezó cuando uno de aquellos seres que empezaron a caminar sobre sus manos traseras miró hacia atrás y observó que un mayor se quedaba rezagado. Le acompañaron hasta que se le acabaron las fuerzas y lo depositaron en un lugar al abrigo de las alimañas. Se olvidaron por un tiempo de la necesidad y optaron por la gratuidad…. Algunos siguieron perfeccionando esta libertad de escoger por el más débil y le dieron nombre a estos sentimientos: misericordia, compasión, filantropía, herramientas para crear la familia humana… “

La samaritana con sus dudas, preguntas y aspiraciones es un retrato de la Humanidad. Representa a los que buscan. Representa a todos los que sienten SED de otro mundo, de otra sociedad. Jesús intentó mostrar a la samaritana otro rostro de Dios y parece que lo consiguió. Nosotros, también, sentimos la compañía de este Dios, que no es otro que de la Samaritana.

¡Ojala que el encuentro con Jesús, en el que creemos, nos haga sentir el mundo como una gran familia!

A.A.

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