Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 26 de Abril del 2024

comentario A TO33

francisco con down


Cada ser humano es único e irrepetible. Y todos tenemos idéntica dignidad, pero distintas capacidades, cualidades y carismas. El fruto que Dios espera de cada uno es proporcional a las capacidades que nos ha querido dar. Por esto, es absurdo fomentar un clima de competitividad. Lo que Dios quiere de nosotros es que aprendamos a colaborar, aportando lo que somos.

En esta parábola de los “talentos” Jesús quiere mostrarnos que a su Padre no le gusta la pasividad. No acepta la actitud del que ha recibido un talento y lo esconde sin hacerlo producir.
Tener la posibilidad de desarrollar las capacidades que Dios nos ha dado es lo más importante para sentirnos bien. Encierra la posibilidad del ser humano de aportar lo que cada uno es y vive.

El Papa Francisco, “en la Jornada de los pobres” de este domingo, viene a reforzar este camino: “La persona humana, colocada por Dios en la cumbre de la creación, es a menudo descartada, porque se prefieren las cosas que pasan. Y esto es inaceptable, porque el hombre es el bien más valioso a los ojos de Dios. Y es grave que nos acostumbremos a este tipo de descarte; es para preocuparse, cuando se adormece la conciencia y no se presta atención al hermano que sufre junto a nosotros o a los graves problemas del mundo… Hoy, en las catedrales y santuarios de todo el mundo, se cierran las Puertas de la Misericordia. Pidamos la gracia de no apartar los ojos de Dios que nos mira y del prójimo que nos cuestiona… especialmente al hermano olvidado y excluido, al Lázaro que yace delante de nuestra puerta”.

Probablemente, los cristianos de las primeras generaciones captaban mejor que nosotros el mensaje de la parábola. Jesús ha dejado en nuestras manos el Proyecto del Padre que es hacer un mundo más justo y humano en el todas las personas vivan con dignidad. Nos ha dejado en herencia el mandato del amor. Nos ha confiado la gran Noticia de un Dios protector del ser humano. ¿Cómo estamos respondiendo, hoy, los seguidores de Jesús a esta invitación?

Cuando no se vive la fe cristiana desde la confianza sino desde el miedo, todo se desvirtúa. La fe se conserva pero no se contagia. La religión se convierte en deber. El evangelio es sustituido por la observancia. Representa el talento, la cualidad que se enterró en la tierra. Sería un error presentarnos un día ante el Señor con la actitud del tercer empleado: "Aquí tienes lo tuyo. Aquí está tu Evangelio, aquí está el proyecto de tu reino y tu mensaje de amor a los que sufren. Lo hemos conservado fielmente. Lo hemos predicado correctamente. No ha servido mucho para transformar nuestra vida y para abrir caminos de justicia. Pero aquí lo tienes intacto".

A nivel e Iglesia puede representar una Iglesia de “mantenimiento”, no una Iglesia “en salida”, en misión. Lo tengamos miedo a arriesgarnos, con temor a salirnos de lo “correcto”, sin audacia a renovarnos, sin fantasía para inventar caminos de poner en práctica el evangelio.

El Espíritu de Dios camina empujándonos a desarrollar nuestras cualidades para el bien común.

A.A.

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