Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Sábado 27 de Abril del 2024

comentario B pas 3 2018

jesus y discipulos


No es fácil reconocer a Jesús, confesar que es el Señor. Los discípulos creían “ver un espíritu”, algo fuera de la realidad, que no encajaba en sus vidas y sus esquemas. Con la fe pasa eso; hay personas para quienes la fe y el Resucitado tienen poco que ver con la realidad, tienen muy poco que ver con su vida.

Pero la fe cristiana es profundamente realista, en el sentido de que Jesús no es un simple recuerdo o idea, sino alguien vivo, presente en una vida nueva, con quien es posible encontrarse para sentir transformada nuestra vida. Solo en ella es posible encontrarse con el Resucitado…

Caminamos con Jesús resucitado cada vez que compartimos nuestra vida, nuestros bienes, lo que somos y tenemos, nuestro compromiso; cada vez que miramos con esperanza al futuro, cada vez que superamos nuestros miedos, cada vez que con nuestra vida anunciamos el Reino, otra manera posible y humana de vivir; cada vez que entablamos una relación humana con alguien a quien escuchamos, acogemos, o nos dejamos acoger por alguien; cada vez que sentimos que no pasa nada extraordinario, pero vemos que la vida va floreciendo en lo que pasa cada día; cada vez que no renunciamos a la lucha y a seguir caminando, pese a las dificultades; cada vez que damos un paso más para que nuestra vida se sitúe al lado de los empobrecidos del mundo obrero, compartiendo sus luchas y esperanzas, trabajando con ellos por un mundo más justo y fraterno. Cada vez que seguimos sintiéndonos Iglesia peregrina, abierta, que se deja habitar por el Espíritu nos encontramos con Jesús Resucitado….

En la experiencia dudosa de los discípulos aprendemos a reconocer las luces y sombras de nuestra propia fe, que se mueve entre la duda y el deseo de confiar, entre nuestras ataduras miedosas y la confianza. De esa misma experiencia aprendemos a comprometernos gozosamente con el Reino y experimentarnos renacidos a la vida nueva, siendo testigos, dando razón de nuestra esperanza a pesar de las sombras de la vida, del egoísmo, de la insolidaridad y la injusticia del mundo”. (Comentario de la HOAC).

La resurrección de Jesús nos abre al vértigo de una vida sin límite. Este mundo encierra mucha vida y será transformada en plenitud. La casa común, como el papa Francisco llama al mundo, será transformada en plenitud con toda la humanidad.

Dejemos que Dios se haga presente, se coloque en medio de nosotros y nos descoloque. Escuchémosle y dejemos que nos invite a vivir “a tope”. Nos reconocemos enviados, testigos experimentando gratitud por la llamada y por el encuentro con el Resucitado. Nos sentimos confortados con su saludo: “Paz a vosotros”.

A.A.

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