Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 26 de Abril del 2024

comentario domingo 30 2016 DOMUND

huella


En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta dos modelos de oración: uno es el de la persona segura de sí misma, que da gracias a Dios porque se siente el mejor, pero que no siente la misericordia divina porque no la necesita.

El otro modelo es la oración de quien, ante Dios, se sabe limitado y necesitado de perdón y misericordia.

No sé si las personas que hoy participamos en las celebraciones religiosas de nuestras Iglesias nos vemos o sentimos identificadas con el comportamiento de alguno de los dos personajes.

Los podemos imaginar entrando de este modo: El primero camina erguido, seguro de sí mismo. Mira a su alrededor, estudia a las personas y las cataloga... Se arrodilla. Dibuja a la perfección, sobre su digno semblante, la señal de la cruz.

E inicia su engolado monólogo: "Señor, te doy gracias porque no soy como los demás: pecadores, pobres hombres, detestables personajillos. Cumplo todos tus preceptos al pie de la letra. Comulgo cada domingo, como corresponde a un cristiano de pro... Doy limosna a esos pobres desgraciados, viciosos de la mendicidad, o inmigrantes que han venido a vivir a cuenta nosotros. ¿Ves a ése?, ¿a ese desgraciado del último banco?

Señor, me veo perfecto y te doy las gracias por ello”.

 

El segundo hombre que ha entrado a rezar, apenas si se atreve a rebasar el dintel de la puerta del templo. Tiene cierto temor. Hace tanto tiempo que no venía por la Iglesia. Por fin, ha vencido la timidez y ha aparcado todos sus miedos sobre el último banco de la iglesia.

Su oración es ésta: "Señor, no sé cómo hablarte ni qué decirte... Te doy gracias porque me he atrevido a entrar en este lugar en el que me siento cerca de Tí. Vengo un poco mal vestido porque sabes de los momentos duros que estamos viviendo en mi familia. Me encuentro sin trabajo y tengo necesidades…. Menos mal que mi mujer está cuidando a una anciana y por ello le dan lo suficiente para comer y vestir a los niños. Te doy gracias porque nos queremos y vivimos juntos y unidos, aunque vivamos en necesidad y te pido que no me dejes caer en la tentación del desanimo, no me dejes portarme mal con mi esposa e hijos, ni con los demás, aunque a veces esté muy nervioso. Quiero seguir siendo buena persona, aunque esté ahora metido en el pozo de la desesperanza”.

¿Quien se sintió perdonado, salió animado y en paz?

La Jornada Mundial de las Misiones de este año tiene como lema “Sal de tu tierra”, deja de mirarte orgullosamente a ti mismo, como el fariseo del evangelio y mírate con compasión tanto a ti mismo como a la realidad en la que vives.

Modelo de “cristiano en salida” y de “Iglesia en salida” son los misioneros y misioneras que han dejado su tierra, su familia, su pueblo, su cultura y se han puesto al servicio de otras tierras, familias, pueblos y culturas acompañando a las comunidades cristinas, la mayoría de ellas empobrecidas. En ellas siembran la semilla de la Buena Noticia. Su oración humilde con los humildes, acoge la misericordia de Dios y la fuerza del Espíritu que anima su caminar solidario.

Todo cristiano está llamado a “salir de su tierra” cuando esta representa la autocomplacencia, las seguridades humanas, la justificación de su comodidad y de su egoísmo.

Que la oración humilde del publicano sea para nosotros ejemplo de confianza en Dios, que sigue queriendo contar con nosotros para realizar su obra salvadora, liberadora en nuestra sociedad y en nuestro mundo.

 

La hoja de participación de nuestra Unidad Pastoral de este domingo. PINCHA AQUÍ.