Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Domingo 01 de Setiembre del 2024

comentario B TO19 240811

fano


Según el relato de Juan, Jesús repite cada vez de manera más abierta que viene de Dios para ofrecer a todos un alimento que da vida eterna. La gente no puede seguir escuchando algo tan escandaloso sin reaccionar. Conocen a sus padres. ¿Cómo puede decir que viene de Dios? ¿Cómo podemos creer que, en ese hombre concreto, nacido poco antes de morir Herodes el Grande?

Hemos conocido su actividad, sus palabras y obras vistas por todos en la Galilea de los años treinta. Palabras y obras fieles y coherentes con su misión y su respuesta al Misterio insondable de Dios de la vida y Padre de todos.

Jesús no responde a sus objeciones. Va a su actitud ante la vida: “No critiquéis”. Cuando lo sabemos “todo”, cuando lo nuestro es solo la sospecha del otro, nos cerramos a percibir la novedad inmensa de su persona. Pero Jesús sigue fiel a su camino y les indicará la senda que pueden seguir.

Jesús entiende que para creer en él hay que sentirse atraído por su persona. Y eso es claro hoy. Cuando vemos en la tele las actitudes ante los candidatos a liderar EEUU. Primero la persona y no importa lo que haya hecho, Trump es el mejor (a pesar de líos de faldas, a pesar de trampas económicas, a pesar de ocupación de congreso...) es el mejor. Y ahora Kamala Harris por los demócratas. La persona es lo primero. ¡que entusiasmo por apoyar su campaña económicamente!

Y quizás entre nosotros pasa lo mismo en política. ¿Y en religión? Cierto es que el entusiasmo no tiene que producirlo el papa Francisco, ni tampoco el obispo Juan Carlos, ni los curas de ahora o de antes en la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu.

La fe y la confianza se despiertan en nosotros cuando nos sentimos atraídos por alguien que nos hace bien y nos ayuda a vivir y nos orienta hacia el Dios de la vida, de la libertad, de la atención especial por los descartados.

Jesús pone sus cartas boca arriba, es claro y modesto. Jesús apunta a quién es el importante: “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado”. La atracción hacia Jesús la produce Dios mismo. El Padre que lo ha enviado al mundo despierta nuestro corazón para que nos acerquemos a Jesús con gozo y confianza, superando dudas y resistencias.

Y, porque es el importante, hemos de escuchar la voz de Dios en nuestro corazón y dejarnos conducir por él hacia Jesús. Dejarnos enseñar dócilmente por ese Padre, Creador de la vida y Amigo del ser humano: “Todo el que escucha al padre y aprende, viene a mí”.

La afirmación de Jesús tira muros en el estilo de creer de aquellos judíos. La tradición bíblica decía que el ser humano escucha en su corazón la llamada de Dios a cumplir fielmente la Ley. El profeta Jeremías había proclamado así la promesa de Dios: “Yo pondré mi Ley dentro de vosotros y la escribiré en vuestro corazón”.

Las palabras de Jesús nos invitan a vivir una experiencia diferente. La conciencia no es solo el lugar en el que podemos escuchar la Ley de Dios. Si en lo íntimo de nuestro ser nos sentimos atraídos por lo bueno, lo hermoso, lo noble, lo que hace bien al ser humano, lo que construye un mundo mejor, fácilmente nos sentiremos invitados por Dios a sintonizar con Jesús.

Os deseo un feliz, luminoso y esperanzador encuentro con la conciencia.