Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Sábado 27 de Abril del 2024

comentario B TC4 240310

fano


Es evidente que pasamos años sin enterarnos de las cosas (ahí están los escándalos durante la pandemia) y que, intuyo, nos pasa lo mismo, vivimos mucho tiempo sin tener apenas idea de lo que está sucediendo en nosotros.

No pocos vivimos día tras día sin mirar lo que en verdad mueve nuestra vida y quién es el que dentro de nosotros toma realmente las decisiones. Y ya sabemos que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Quizás no es torpeza o falta de inteligencia. Quizás intuimos que vernos con más luz nos obligaría a cambiar.

Una y otra vez parecen cumplirse en nosotros lo que el evangelio que acabamos de oír pone en los labios de Jesús: “El que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras”. Nos asusta vernos tal como somos. Nos sentimos mal cuando la luz de la palabra de Dios penetra en nuestra vida. Preferimos seguir ciegos, alimentando día a día nuevos engaños e ilusiones.

Lo más grave es que puede llegar un momento en el que, con esa “ceguera”, creamos verlo todo con claridad y realismo. Qué fácil es entonces vivir sin conocerse a sí mismo. Qué fácil creer que yo soy esa imagen superficial que tengo de mí mismo, fabricada de recuerdos, experiencias, miedos y deseos.

Qué fácil creer que la realidad es justamente tal como yo la veo, sin ser consciente de que el mundo exterior que yo veo está muy marcado por el mundo interior que vivo y por los deseos e intereses que alimento. Qué fácil acostumbrarnos a tratar no con personas reales, sino con la imagen o etiqueta que de ellas me he fabricado yo mismo.

Así que no pocos, vivirán, viviremos sin hacer ningún esfuerzo por modificar esa mirada de “ciegos que no quieren ver”. Pero, y si queremos superar esa “ceguera”, ¿qué camino transitaremos? Probablemente, a la hora de querer transformar nuestra vida orientando nuestros pasos por caminos más evangélicos, lo más decisivo no es el esfuerzo por cambiar. Lo primero es abrir los ojos. Preguntarme qué ando buscando en la vida. Ser más consciente de los intereses que mueven mi existencia. Descubrir el motivo último de mi vivir diario.

Podemos tomarnos un tiempo para reconocer cómo y cuanto me acerco al evangelio y a mí mismo. Como nos ha dicho hoy las palabras del evangelio: “en cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.

Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu para este domingo de cuaresma. PINCHA ABAJO


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