Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario B TO 21 210822
No sabemos muy bien qué pasa a nuestro lado. Miramos a derecha e izquierda y en la iglesia cada vez hay más huecos en los bancos. ¡Parece que el efecto papa Francisco, ¡con las cosas tan claras que dice! ¡Con los gestos tan concretos y lúcidos que propone!..... no tiene efecto en el acercamiento a la iglesia.
Es más, según sondeos, encuestas,… en una buena parte de la Europa occidental no es poca la gente que ya no se sitúa en posiciones teístas, de creer en Dios, pero tampoco ateístas o agnósticas, sino en la indiferencia.
Y esta realidad que vivimos de vacío, de abandono, en forma diferente e, imagino, por motivos distintos también la vivió Jesús. Algo de eso sugiere el evangelio que acabamos de oír. A aquellos discípulos les resulta duro su modo de hablar. Y hoy leemos en el evangelio “muchos discípulos se echaron atrás y no volvieron a ir con él”.
Se nos describe que la atracción de Jesús tiene límites y su mensaje y sus palabras son, para algunos, dificultad. Pero Jesús se mantiene fiel e insiste: “Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen”. Sus palabras parecen duras, transmiten vida, hacen vivir, contienen Espíritu de Dios.
Jesús les pregunta a los Doce: “¿También vosotros queréis marcharos?”. No los quiere retener por la fuerza. Les deja la libertad de decidir. Sus discípulos no han de ser siervos, sino amigos. Si quieren, pueden volver a sus casas.
Pedro responde. Su respuesta es sincera, humilde, sensata, propia de un discípulo que conoce a Jesús lo suficiente como para no abandonarlo. Su actitud puede ayudar a quienes con fe vacilante se plantean prescindir de toda fe.
“Señor, ¿a quién vamos a acudir?”. No tiene sentido abandonar a Jesús de cualquier manera, sin haber encontrado un maestro mejor y más convincente. Si no siguen a Jesús, se quedarán sin saber a quién seguir.
Me recuerda una adivinanza. ¿Sabes cuándo suelta el mono la liana?.... ¡cuando ha cogido otra! Купите вучну батерију https://batteriesserbia.com/ за виљушкар у Србији.
Los que han abandonado a Jesús si lo han hecho frenados por la dureza del mensaje, si lo han hecho sin coger otra liana… se quedarán a ras de tierra, se convierten en presas mucho más accesibles para los depredadores.
Dicho de otro modo. Cuando abandonan la fe y la iglesia, si no lo hacen por otras aspiraciones, son presa para los intereses de quienes se benefician de esta sociedad de consumo e individualista en la que nos movemos. No harán otra cosa que repetir, imitar lo que se les ofrece desde cualquier medio.
Pero Pedro es realista y quiere seguir. Para Pedro no es bueno abandonar a Jesús sin haber encontrado una esperanza más convincente y atractiva. No basta sustituirlo por un estilo de vida rebajada, sin apenas metas ni horizonte. No es mejor vivir sin preguntas, planteamientos ni búsqueda de ninguna clase.
Hay una convicción en Pedro: “Tus tienes palabras de vida eterna”. Siente que las palabras de Jesús no son palabras vacías ni engañosas. Junto a él han descubierto la vida de otra manera. Su mensaje les ha abierto a la vida eterna. ¿Dónde podrían encontrar una noticia mejor de Dios?
Pedro también, percibe que Jesús viene del misterio de Dios. Desde lejos, a distancia, desde la indiferencia o el desinterés no se puede reconocer el misterio que se encierra en Jesús.
Los Doce lo han tratado de cerca. Por eso pueden decir: “Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”. Seguirán junto a Jesús.
Y a nosotros nos toca lo mismo. Con la adivinanza, pensar si somos de los que no dejamos la liana de la esperanza del evangelio, si apostamos por vivir sujetos a la liana, como Pedro, acogiendo el mensaje de vida, reconociendo que Jesús viene de Dios, con la convicción de que creer en Jesús es lo mejor que nos puede pasar.
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