Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario B TO28 241013
Cuando Jesús inicia su marcha, un desconocido se le acerca corriendo. Tiene prisa por encontrarse con Jesús… y, plantarle su problema personal:
¿Qué haré para heredar la vida eterna?”. No le preocupan los problemas de esta vida. Quizás porque lo de esta vida lo tiene resuelto.
Jesús lo pone ante la Ley de Moisés. Y, de los diez mandamientos le recuerda solo los que prohíben actuar contra el prójimo. Su respuesta nos presenta a un hombre bueno, observante fiel de la religión judía: “Todo eso lo he cumplido desde mi juventud”.
Jesús se le queda mirando con cariño. La traducción nos dice que “lo amó”. Es admirable la vida de una persona que no ha hecho daño a nadie. Jesús abre su perspectiva y le hace una propuesta sorprendente: “Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres... y luego ven y sígueme”.
El rico posee cosas, pero le falta lo que permite seguir a Jesús de verdad. Es bueno, pero que no le toquen su dinero. Jesús le pide que renuncie a su riqueza y la ponga al servicio de los pobres. Solo compartiendo lo suyo con los necesitados podrá seguir a Jesús colaborando en su proyecto.
El hombre “frunce el ceño”. No tiene fuerzas para vivir sin su riqueza. Su dinero está por encima de la propuesta de Jesus. Renuncia a seguir a Jesús. Había venido corriendo hacia él. Ahora se aleja triste. No conocerá nunca la alegría de colaborar con Jesús.
La situación económica, la realidad ecológica, nos invita a los seguidores de Jesús a dar pasos hacia una vida más sobria, para compartir con los necesitados lo que tenemos y no necesitamos para vivir con dignidad.
Y revisar nuestra relación con el dinero: lo que hacemos con nuestro dinero, lo que ahorramos y con qué fin, lo que compartimos de lo que no necesitamos.
Y revisar nuestro consumo para hacerlo más responsable y menos compulsivo y superfluo: lo que compramos, donde compramos, o para qué lo compramos.
Son actitudes que hemos de tener presentes en nuestra conciencia y también en nuestras familias, comunidades cristianas e instituciones de Iglesia. No haremos gestos heroicos, pero, si damos pequeños pasos en esta dirección, conoceremos la alegría de seguir a Jesús contribuyendo a hacer la sociedad y la vida de algunos un poco más humana y llevadera. Si no es así, nos sentiremos buenos cristianos, pero a nuestra religión le faltará alegría.
Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral para este domingo. PINCHA ABAJO.
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