Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Miércoles 24 de Abril del 2024

comentario C TP8 220603

fano


Nuestra vida está hecha de múltiples experiencias. Gozos y sinsabores, logros y fracasos, luces y sombras van entretejiendo nuestro vivir diario, llenándonos de vida o agobiando nuestro corazón.

Pero, con frecuencia, no somos capaces de percibir todo lo que hay en nosotros mismos. Lo que captamos con nuestra conciencia es solo una pequeña isla en el mar mucho más amplio y profundo de nuestra vida. A veces se nos escapa incluso lo más esencial y decisivo.

Y todos tenemos oportunidad. Todos nos encontramos con momentos, todos nos cruzamos con personas, todos tenemos momentos de sosiego…. Y en ellos encontramos algo tan maravilloso como una sonrisa de un niño que te mira sujeto a la mano de su padre, como un pase usted primero en la cola del supermercado, como un perdone, como un ‘se le ha caído ese billete’, como esa llamada de teléfono en la que…

Y quizás tenemos la vivencia y continuamos nuestra vida, nuestra tarea, nuestro ajetreo…. Pero ¿y si dejamos un poco de tiempo y una miaja de sensibilidad? Si nos preguntamos ¿de dónde sale ese gesto que he tenido o ese detalle que han tenido conmigo?

¿De dónde sale hablar en familia y decidir cuánto dinero ponemos en el sobre para el proyecto de Yuande en Camerún? Esa oportunidad de ayudar a abrir un futuro mejor para unas jóvenes que están en la calle.

Quizás nos encontramos con esa “vivencia” que se da siempre en nosotros, aunque pase muchas veces inadvertida: la presencia viva del Espíritu de Dios, que trabaja desde dentro de nuestro ser.

Una vivencia que queda casi siempre como encubierta por otras muchas que ocupan nuestro tiempo y nuestra atención. Una presencia que queda como reprimida y oculta bajo otras impresiones y preocupaciones que se apoderan de nuestro corazón.

Los cristianos tenemos el riesgo de quedarnos con la cruz de Jesus y no tener en cuenta que durante 30 años vivió esa vida oculta que fue el horno en el que se orneó su espíritu. Casi siempre nos parece que lo grande y gratuito tiene que ser siempre algo poco frecuente, pero, cuando se trata de Dios, no es así. O la tendencia a considerar esa presencia viva del Espíritu como algo reservado a personas elegidas y selectas. Una experiencia propia de creyentes privilegiados.

Pero el Espíritu de Dios está siempre vivo en el corazón del ser humano, pues es la comunicación del mismo Dios en lo más íntimo de nuestra existencia. Ese Espíritu de Dios se comunica y regala, incluso, allí donde aparentemente no pasa nada. Allí donde se acepta la vida y se cumple con sencillez la obligación pesada de cada día.

El Espíritu de Dios sigue trabajando silenciosamente en el corazón de la gente normal

y sencilla, en contraste con el orgullo y las pretensiones de quienes se sienten en posesión del Espíritu.

La fiesta de Pentecostés es una invitación a percibir esa presencia del Espíritu de Dios en todos nosotros, no es ni un certificado ni un trofeo que poseemos frente a otros que no han sido elegidos, es para agradecer y acoger a ese Dios fuente de toda vida, por muy pequeña y pobre que nos pueda parecer a nosotros.

El Espíritu de Dios es de todos, porque el amor inmenso de Dios no puede olvidar ninguna lágrima, ningún gemido ni anhelo, ninguna sonrisa, ninguna cola, ninguna llamada telefónica y lo que en ello brota del corazón de sus hijos.


Por si quieres pedir que venga el Espiritu a tu vida.

¡Envía tu Espíritu!

Desde lo hondo te invoco, Señor, y te pido:

envía tu Espíritu sobre mi aridez,

envía tu Espíritu sobre mi frialdad,

envía tu Espíritu sobre mi tiniebla,

envía tu Espíritu sobre mi fragilidad,

envía tu Espíritu sobre mis miedos,

envía tu Espíritu sobre mi cansancio,

envía tu Espíritu sobre mi pobreza,

envía tu Espíritu sobre mis contradicciones,

envía tu Espíritu sobre mi falta de fe...

Envía, sí, Señor, tu Espíritu,

que renueve en mí todo

y haga de mi corazón una casa donde puedas morar,

hoy y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad para este domingo de Pentecostés. PINCHA ABAJO.


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