Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario C corpus 220619
Los informativos de la semana pasada hablaban de compras de terrenos rurales; hablaban de compras de pisos; hablaban de falta de vivienda que comprar y mayor demanda… eso, no es para todos.
Pero es de ganas de comprar y de escasez de casas o terrenos para comprar de lo que hablaba, lo que nos decía, a los radioyentes. En esas gestiones y en los que pueden hacerlas se fijaban.
No es toda la realidad. No es la mayoría de la realidad. Informativos así nos hacen mirar a un lado pero no podemos mirar solo a ese lado. Hemos de mirar mejor la realidad y también observar, con el corazón, el otro lado. Ese que en nuestros barrios está próximo. En nuestro entorno más o menos cercano nos iremos encontrando con familias obligadas a vivir de la caridad, personas amenazadas de desahucio, vecinos golpeados por el paro, enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación.
Esta semana me ha tocado ir a hacerme un análisis de sangre. Y allí fui testigo de un comentario… el paciente comentó ¡que rápido y ágiles vais! ¡Qué eficientes! Y la enfermera comentó ¡qué raro oír un comentario positivo! ¡Gracias! ¡y pensar que dijeron que de esta pandemia íbamos a salir mejores….!
Vamos viendo cómo reacciona la sociedad. En algunas familias crece la impotencia, la rabia y la desmoralización. Es previsible que aumenten los conflictos. Vemos que crece en algunos el egoísmo y la obsesión por la propia seguridad. Vemos que parece bien la solidaridad con Ucrania hasta que por los intermediarios y el juego de los productores se encarecen gasolina y gas y empezamos a pensar más en nuestro dinero y nuestra riqueza que mengua.
Pero también crece la solidaridad. La crisis nos puede hacer más humanos. Nos enseña a compartir más lo que tenemos y no necesitamos. Aunque ya hay anuncios en la tele que nos invitan no a compartir sino a vender lo que ya no vamos a usar. Pero, depende de cómo veamos el drama de tantas personas, se estrechan los lazos y la mutua ayuda dentro de las familias. Crece nuestra sensibilidad hacia los más olvidados.
También nuestras comunidades cristianas pueden crecer en amor fraterno. Es el momento de descubrir que no es posible seguir a Jesús y colaborar en el proyecto de lo que Jesucristo llamaba Reino de Dios sin trabajar por una sociedad más justa y menos corrupta, más solidaria y menos egoísta, más responsable y menos frívola y consumista.
Es también el momento de recuperar la fuerza que se encierra en la eucaristía cuando es vivida como una experiencia de amor confesado y compartido. El encuentro de los cristianos, reunidos cada domingo en torno a Jesús, ha de convertirse en un lugar de concienciación y de impulso de solidaridad práctica.
Hemos de sacudir nuestra costumbre, nuestra rutina y mediocridad. No podemos comulgar con Cristo en la intimidad de nuestro corazón sin comulgar con los hermanos que sufren. No podemos compartir el pan eucarístico ignorando el hambre de millones de seres humanos privados de pan y de justicia y ahora con el efecto multiplicado por la invasión de Ucrania por el ejército ruso siguiendo las órdenes que ha dado Putin. Es una burla darnos la paz unos a otros olvidando a los que van quedando excluidos socialmente.
La celebración de la eucaristía nos ha de ayudar a abrir los ojos para descubrir a quiénes hemos de defender, apoyar y ayudar en estos momentos. (¿Recordáis ese clásico en nuestra generación: “yo soy bueno, ni robo, ni mato, no tengo de qué confesarme”?) Hemos ha de despertar de la “ilusión de inocencia” que nos permite vivir tranquilos, para movernos y luchar solo cuando vemos en peligro nuestros intereses. Vivida cada domingo con fe, la misa nos puede hacer más humanos y mejores seguidores de Jesús. La misa vivida este domingo del Corpus nos ayuda a tener presente a Cáritas, que en este su 75 aniversario, nos recuerda la evidencia de la Eucaristia: recibir el amor de Dios, compartir el amor entre los hermanos, atender con amor a los necesitados. La firma a los que queráis apoyar la campaña con Cáritas y hayáis traído el DNI al final de la celebración será otra señal. La eucaristía nos puede ayudar a vivir con lucidez cristiana, sin perder la dignidad ni la esperanza.
Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa Maria de Olarizu para este domingo del Corpus. PINCHA ABAJO.