Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario a ta2 251207

De repente aparece un personaje y sorprende. Una cantante y ahí está Rosalía. Un político y poned el que queráis Puigdemont, Pablo Iglesias… un papa Francisco. Su efecto en la música, en la política, en la iglesia… se verá en unos años.
Por los años 27 o 28 apareció en el desierto en torno al Jordán un profeta original e independiente en el pueblo judío: las primeras generaciones cristianas lo vieron como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Todo su mensaje se puede concentrar en un grito: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos». Un mensaje que con palabras y con gestos y acciones se ha hecho, se hará y ahora se hace. ¡Siempre! abrid caminos a Dios, volved a Jesús, acoged el Evangelio.
La verdad, lo que más me importa es el Reino de Dios anunciado por Jesucristo y la Iglesia, pueblo de Dios del que formamos parte. También es parte de la Iglesia el Papa Francisco. Antes desde Roma, ahora, desde el cielo. Y no sé qué quedará de lo que decía hace una década. No sé qué será de su simiente. El que nos invitaba y decía: «Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos». Él que se preguntaba y nos preguntaba: «¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas que han perdido capacidad de respuesta?».
El que proponía ese camino sinodal donde las comunidades cristianas nos ponemos en estado de conversión y recuperamos en el interior de la Iglesia las actitudes evangélicas más básicas. Ese clima es necesario para acometer de manera eficaz y con espíritu evangélico las reformas que necesitaba urgentemente la Iglesia hace 10 años y una década después…
El mismo Francisco insistía en poner a Jesús en el centro de la Iglesia: «Una Iglesia que no lleva a Jesús es una Iglesia muerta». En no vivir en una Iglesia cerrada y centrada en sí misma: «Una Iglesia que se encierra en el pasado traiciona su propia identidad». En no cultivar «un cristianismo restauracionista y legalista que lo quiere todo claro y seguro, y no halla nada». En buscar una Iglesia pobre y de los pobres. En romper con «nuestras reglas, nuestros comportamientos eclesiásticos, nuestros clericalismos» y anclar nuestra vida en la esperanza, esa que todo este año jubilar hemos tenido como norte, esa que llevo a Jesús a ser novedad en su momento, ayer, hoy y siempre. Eso el papa Francisco hace 10 años. ¿Será para la iglesia, para nosotros, un Pablo Iglesias que ha pasado y ya está olvidado?
No dejen de ver el siguiente episodio.
Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu para este segundo domingo de adviento. PINCHA ABAJO.