Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Miércoles 12 de Marzo del 2025

comentario c TC1 250309

fano


 

La vida no es fácil, muchas veces no es cómoda, la vida es apasionante. La vida apasiona si intentas vivirla con intensidad, si buscas ser fiel a un proyecto, si quieres ser fiel a una persona. Jesús buscó mantenerse fiel a Dios y vivir siempre colaborando en su proyecto de una vida más humana y digna para todos. No fue fácil. Y vio atajos y modos cómodos que le facilitarían la venida del Reino de Dios. Descubrió en esos modos tentaciones porque tan importante como el qué se quiere conseguir en la vida es el cómo se va a hacer. Hoy se nos presentan las tentaciones. El qué quiere Dios y el cómo lo quiere vistos desde los ojos de Jesús. Narrados para que nosotros estemos atentos y sigamos el camino al estilo del nazareno.

El relato de las tentaciones de Jesús hemos de entenderlo. No es un episodio aislado que acontece en un momento y en un lugar determinados. Lucas nos advierte que, al terminar estas tentaciones, «el diablo se marchó hasta otra ocasión». Las tentaciones volverán en la vida de Jesús y en la de sus seguidores. Por eso los evangelistas colocan el relato antes de narrar la actividad de Jesús.

Sus seguidores han de conocer bien estas tentaciones desde el comienzo, pues son las mismas que ellos tendrán que superar a lo largo de los siglos si no quieren desviarse de él.

En la primera tentación se habla de pan. Jesús se resiste a utilizar a Dios para saciar su propia hambre: «No solo de pan vive el hombre». Lo primero para Jesús es buscar el reino de Dios y su justicia: que haya pan para todos. Por eso acudirá un día a Dios, pero será para alimentar a una muchedumbre hambrienta.

También hoy nuestra tentación es pensar solo en nuestro pan y preocuparnos exclusivamente de nuestra respuesta y problemas que se le presentan a nuestro país, a nuestra familia, a nuestro... Nos desviamos de Jesús cuando nos creemos con derecho a tenerlo todo y olvidamos el drama, los miedos y sufrimientos de quienes carecen de casi todo.

En la segunda tentación se habla de poder y de gloria. Jesús renuncia a todo eso. No se postrará ante el diablo, que le ofrece el imperio sobre todos los reinos del mundo. Jesús no buscará nunca ser servido, sino servir.

También hoy se despierta en algunos cristianos la tentación de mantener como sea el poder que ha tenido la Iglesia en tiempos pasados. Nos desviamos de Jesús cuando presionamos las conciencias tratando de imponer a la fuerza nuestras creencias. Al reino de Dios le abrimos caminos cuando trabajamos por un mundo más compasivo y solidario.

En la tercera tentación se le propone a Jesús que descienda de manera grandiosa ante el pueblo, sostenido por los ángeles de Dios. Jesús no se dejará engañar. Aunque se lo pidan, no hará nunca un signo espectacular del cielo. Se dedicará a hacer signos de bondad para aliviar el sufrimiento y las dolencias de la gente.

Nos desviamos de Jesús cuando confundimos nuestra propia ostentación con la gloria de Dios. Nuestra exhibición no revela la grandeza de Dios. Solo una vida de servicio humilde a los necesitados manifiesta y difunde su amor.

A nosotros, creyentes, nos toca entrar en el camino de Jesus. atender y relacionarnos con Dios para ser lucidos ante la realidad, percibir las tentaciones y responder con las actitudes y opciones del crucificado. El momento de orar con la palabra que tenemos esta cuaresma en la Unidad tiene esa intención. Os invitamos de nuevo para el próximo viernes.

 

Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu para este primer domingo de cuaresma. PINCHA ABAJO


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