Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Sábado 27 de Abril del 2024

comentario C TN6 220109

fano


El Bautista no permite que la gente lo confunda con el Mesías. Conoce sus límites y los reconoce.

Juan marca la diferencia. Hay alguien más fuerte y decisivo que él. El único al que el pueblo ha de acoger. El Bautista les ofrece un bautismo de agua. Solo Jesús, el Mesías, los “bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”.

Un problema de la Iglesia de hoy es “la mediocridad espiritual”. Da lo mismo en quién pensemos el grupo, la parroquia, la unidad pastoral, la diócesis,… en demasiados ámbitos de la Iglesia no se percibe el vigor espiritual que necesita para enfrentarse a los retos del momento actual, ni expresa que su único apoyo es Jesucristo, ni cuida una relación personal y comunitaria con Jesus, Hijo de Dios, desde su Palabra, ni se deja llevar por la fuerza del Espíritu que le movió, ni trabaja para la escucha de todos y el caminar de todos hacia lo que Dios propone para este momento, y, cuantas veces, el discernimiento es delegado por unos y asumido por los responsables. Cada vez es más patente. Necesitamos ser bautizados por Jesús con su fuego y su Espíritu.

En algunos católicos crece el miedo a todo lo que pueda llevarnos a una renovación y se remarca la autoridad, la obediencia, las normas,... Se insiste en la continuidad para conservar el pasado, pero se silencia escuchar las llamadas del Espíritu para preparar el futuro. Poco a poco nos estamos quedando ciegos para leer los “signos de los tiempos”.

Se da primacía a certezas y creencias para robustecer la fe y lograr una mayor cohesión eclesial frente a la sociedad, pero no se cultiva la adhesión viva a Jesús. La doctrina religiosa, expuesta de la misma forma que la oímos cuando éramos pequeños, hace medio siglo, no toca los corazones, no convierte nuestras vidas.

¿Se nos ha olvidado que él es más fuerte que todos nosotros?

Ahora tenemos la propuesta de colaborar en un sínodo. Nos han dicho que quiere empezar desde las parroquias primer paso hasta que dentro de dos años se reúnan los obispos en Roma. Se nos ha invitado a formar grupos. Se propone la idea de caminar juntos y percibir cuál es la dirección que el Espíritu nos indica… algo así como lo que fue el Concilio Vaticano II. Pero, si miramos a los que escuchasteis la invitación, en vez de alegría, se notaba resignación o pasividad en bastantes. Eso no era para vosotros. De manera callada y palpable se percibe el desafecto y la separación entre la institución eclesial y no pocos cristianos.

Es urgente crear ese clima que facilite el bautismo que trae Jesús. No es fácil despertar en el pueblo sencillo la ilusión perdida. Necesitamos injertarnos en las raíces vivas de nuestra fe. Ponernos en contacto con el Evangelio. Alimentarnos de las palabras de Jesús, que son “espíritu y vida”.

Dentro de unos años, nuestras comunidades cristianas serán mucho más pequeñas y los huecos más grandes que los actuales. Hay en la diócesis dos seminarios, pero los seminaristas no se duplican y es claro que en muchas parroquias no habrá ya presbíteros de forma permanente.

Por eso es necesario cuidar desde ahora un núcleo de creyentes en torno al Evangelio. Que es más que en torno a la eucaristía cuando alguien abre el templo y preside el cura. Ese grupo de creyentes mantendrá vivo el Espíritu de Jesús entre nosotros. Todo será más humilde, y también más evangélico.

¿Cuándo empezar? Ahora. Quizás podemos dejar en herencia a las futuras generaciones un amor nuevo a Jesús y una fe más centrada en su persona y su proyecto. Lo demás es más secundario. Si viven desde el Espíritu de Jesús, encontrarán caminos nuevos.

 

Si quieres ver una de las hojas de este domingo del bautismo del Señor de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu. PINCHA ABAJO


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