Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario c TN6 250112
El Bautista no permite que la gente lo identifique como Mesías. Conoce sus límites y los reconoce. Hay alguien más fuerte y decisivo que él. El único al que el pueblo ha de acoger como Mesias. Y hay un signo claro. El Bautista les ofrece un bautismo de agua. Solo Jesús, el Mesías, los «bautizará con el Espíritu Santo y con fuego».
Permitidme un salto de 21 siglos. Algunos dicen que un problema de la Iglesia de hoy es «la mediocridad espiritual». La falta el vigor espiritual necesaria para enfrentarse a los retos de este momento. Parece que no somos conscientes de que hemos sido bautizados con el bautismo de Jesús con su fuego y su Espíritu.
Así, hay cristianos con miedo y cristianos agresivos. Ambos expresan en concreto, esa falta de vigor que da el bautismo de Jesus. Miedo a una renovación necesaria y a los cambios que lleva, por ejemplo. Miedo y pereza para escuchar las llamadas del Espíritu y para preparar el futuro. Cristianos miopes si no ciegos para leer los «signos de los tiempos».
Así, hay católicos seguros y agresivos centrados en certezas y creencias para robustecer la fe y lograr una mayor cohesión eclesial frente a la sociedad moderna, pero no tanto en cultivar la adhesión viva a Jesús.
Así, hay católicos a los que se ha ido apagando la alegría y ha ido creciendo la resignación. O católicos silenciosos en los que crece el desafecto y la separación entre la institución eclesial y ellos.
No se trata solo de señalar problemas, también hay que sugerir caminos. Por ejemplo, crear un clima más amable y cordial. Buscar personas capaces de despertar en el pueblo sencillo la ilusión perdida. Hacer vida que creer es escuchar a Dios, seguir a la persona de Jesucristo, alimentarnos de las palabras de Jesús que son «espíritu y vida». Ponernos en contacto con el Evangelio.
Dentro de unos años, nuestras comunidades cristianas serán muy pequeñas. En muchas parroquias no habrá presbíteros de forma permanente. Qué importante es cuidar desde ahora un núcleo de creyentes en torno al Evangelio. Ellos mantendrán vivo el Espíritu de Jesús entre nosotros. Todo será más humilde, y también más evangélico.
A nosotros se nos pide iniciar ya la reacción. Lo mejor que podemos dejar en herencia a las futuras generaciones es un amor nuevo a Jesús y una fe más centrada en su persona y su proyecto. Lo demás es más secundario. Si viven desde el Espíritu de Jesús, encontrarán caminos nuevos.
Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu para este domingo del bautismo del Señor. PINCHA ABAJO.