Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario B TO11 240616
Este domingo 16 de junio, la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu vamos a tener nuestra asamblea de evaluación. Se trata de percibir lo sembrado a lo largo de este tiempo,señalar tallos que vamos a cuidar especialmente el próximo curso y, ¡cómo no! Agradecer, agradecer a Dios que hace crecer su Reino.
Es bueno juntarnos, y hacerlo en esta clave creyente llena de responsabilidad y confianza. En espíritu de sinodalidad que hemos oído, hemos practicado, hemos valorado. El evangelio que hoy escuchamos en las eucaristías regala luz para nuestra asamblea y para no quedar desalentados cuando somos menos, cuando somos más mayores, cuando la respuesta es más reducida, cuando el virus del desaliento campea más al ver que esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no obtienen el éxito esperado y la destrucción, las matanzas, la injusticia ocupan los informativos. Las parábolas de Jesús mueven a no olvidar el reino de Dios, a mantener la confianza en el Padre, a ser conscientes de cómo hemos de colaborar en la construcción de lo que Dios quiere.
Con ejemplos tomados de la experiencia de los campesinos de Galilea anima a trabajar siempre con realismo, con paciencia y con una confianza grande. No es posible abrir caminos al reino de Dios de cualquier manera. Se tienen que fijar en cómo trabaja él.
Lo primero es sembrar, no cosechar. No vivir pendientes de los resultados. No obsesionarse en la eficacia ni el éxito inmediato. La atención centrada en sembrar bien el Evangelio. Los colaboradores de Jesús han de ser sembradores. Nada más y nada menos.
Este rincón de Vitoria que creció en número de parroquias de ser una a ser dos y luego tres. De ser dos pueblos próximos a la ciudad a ser un barrio de Vitoria, de vivir y celebrar la fe acompañados por más de una docena de curas, de numerosos catequistas, de promover diversas actividades de tiempo libre, de ser convocantes de tantas actividades…. los cristianos hemos de recuperar en esta unidad pastoral el gesto humilde del sembrador. Olvidar la lógica del cosechador, que sale siempre a recoger frutos, y entrar en la lógica paciente del que siembra un futuro mejor.
Los comienzos de toda siembra siempre son humildes, más todavía si se trata de sembrar el proyecto de Dios en el ser humano. La fuerza del Evangelio no es nunca algo espectacular o clamoroso. Según Jesús, es como sembrar algo tan pequeño e insignificante como “un grano de mostaza”, que germina secretamente.
Por eso el Evangelio solo se puede sembrar con fe. Es lo que Jesús quiere hacerles ver con sus pequeñas parábolas. EI proyecto de Dios de hacer un mundo más humano lleva dentro una fuerza salvadora y transformadora que ya no depende del sembrador. Cuando la Buena Noticia de ese Dios penetra en una persona o en un grupo humano, allí comienza a crecer algo que a nosotros nos desborda.
En nuestra Unidad y en sus órganos de corresponsabilidad no tenemos certeza de cómo actuar en esta situación nueva e inédita, en medio de una sociedad cada vez más indiferente y nihilista. Creo que nadie tiene la receta. Pienso que nadie sabe exactamente lo que hay que hacer. Lo que necesitamos es buscar caminos nuevos con la humildad y la confianza de Jesús y fiados de él, discernir los pasos más adecuados.
Algo de eso haremos el domingo 16 a la mañana en el salón de San Cristóbal.
Si quieres ver la hoja de participación de la unidad Pastoral Santa María de Olárizu para esta fecha. PINCHA ABAJO.
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