Unidad pastoral Santa María de Olárizu / Olarizuko Andre Maria Pastoral Barrutia

Viernes 08 de Agosto del 2025

comentario C to19 250810

fano


Lucas pone afecto y cariño en algunas palabras que dirige Jesús al grupo de sus seguidores. Tan breves que casi pasan inadvertidas. Creo que necesitamos escucharlas de Jesús en tiempos complejos para la fe; quizá también en verano cuando tanto nos mueve a estar relajados y despistados. Leídas, oídas, escuchadas hoy con atención desde nuestras parroquias y comunidades cristianas, cobran actualidad.

«Pequeño rebaño». Jesús mira con ternura inmensa a su pequeño grupo de seguidores. Son pocos. No les caben en la cabeza grandezas. Así Jesús les propone tareas sencillas, fecundas, activas: como un poco de levadura oculto en la masa, una pequeña luz en medio de la oscuridad, un puñado de sal para poner sabor a la vida.

En España hemos tenido 5/6 siglos de «imperialismo cristiano», ahora los discípulos de Jesús hemos de aprender a vivir en minoría. La última carta pastoral de los obispos vascos transcribe palabras de Ratzinger “de esta crisis de hoy surgirá mañana una iglesia que habrá perdido mucho. Se hará más pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ello muchos privilegios en la sociedad…” (nº 85 de “el contraste paciente”). Es un error añorar una Iglesia poderosa y fuerte. Es un engaño buscar poder mundano o pretender dominar la sociedad. El Evangelio no se impone por la fuerza. Lo contagian quienes viven al estilo de Jesús, haciendo la vida más humana.

«No temas». En cada uno de nosotros y en nosotros como grupo, más de una vez mueve, habla, actúa el miedo que atenaza. Jesús no quiere ver a sus seguidores paralizados por el miedo ni hundidos en el desaliento. Caminamos a ser un pequeño rebaño de verdad, más reducido que lo que ahora somos. La clave de nuestro ser cristianos no es el número sino permanecer muy unidos a Jesús, el Pastor que nos guía y nos defiende. Él puede hacernos vivir estos tiempos con paz.

«Vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino». Más importante que el “qué” se da, es el “quién” da. No han de sentirse huérfanos. Tienen a Dios como Padre. Él les confía su proyecto del reino. Es su gran regalo. Lo mejor que tenemos en nuestras comunidades: la tarea de hacer la vida más humana y la esperanza de encaminar la historia hacia su salvación definitiva.

«Vended vuestros bienes y dad limosna». Los seguidores de Jesús son un pequeño rebaño, pero nunca una secta encerrada en sus propios intereses. No vivirán de espaldas a las necesidades de nadie. ¿Recordamos que al rico de la parábola del domingo anterior le llama “necio”? Serán comunidades de puertas abiertas. Compartirán sus bienes con los que necesitan ayuda y solidaridad. Darán limosna, es decir, «misericordia». Este es el significado del término griego.

Ahora, en verano, más, durante el curso vemos y notamos huecos. Cada cual en su sitio y cuando faltan, se nota. Los cristianos necesitaremos todavía tiempo y mucho más necesitaremos ganas para aprender a vivir en minoría en medio de una sociedad secular y plural. Y aprenderemos las consecuencias de reconocernos como “pequeño rebaño”, así nos llama Jesús. Este proceso será según los obispos difícil, costoso, con eliminaciones, largo y laborioso… (nº86) sin embargo hay algo que podemos y debemos hacer sin esperar: transformar el clima que se vive en nuestras comunidades y hacerlo más evangélico. ¿Cómo? En la acogida al que llega. No somos un gueto ni la parroquia es solo para los de siempre. Esa sonrisa, ese acercarnos a dar la paz. Ese saludar y preguntar el nombre…

 

En los meses de verano no aparecerán las hojas de canto. Si quieres soñar con la iglesia que hace falta para nuestro momento al hilo de la reflexión de los obispos “El contraste paciente”. PINCHA ABAJO.


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