Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario C to23 250907
El evangelista dice que «mucha gente acompañaba a Jesús» en su camino a Jerusalén.
Recordamos el millón de jóvenes que se ha reunido con el Papa en Roma a primeros de agosto en este año del jubileo de la Esperanza del que los medios de comunicación han hablado tan poco. Jesús identifica el entusiasmo de las gentes. Y Jesús les presenta actitudes que indican intensidad en sus seguidores.
Así se vuelve y, lúcido, dice a aquel numeroso grupo algunas exigencias concretas que encierra el seguimiento. No quiere que la gente lo siga de cualquier manera. El discípulo de Jesús toma decisiones que marcan su vida entera en todas las dimensiones de la persona y desde una opción vital que le ayuda a ahondar y a crecer en esas decisiones.
Jesús les habla de la familia. De la propia familia de los oyentes: padres y madres, mujeres e hijos, hermanos y hermanas. Sus seres más queridos y entrañables. Pero, si no dejan a un lado los intereses familiares para colaborar con él en promover una familia humana, no basada en lazos de sangre, sino construida desde la justicia y la solidaridad fraterna, no podrán ser sus discípulos.
No quiero rebajar la intensidad de sus afirmaciones si digo que Jesús no está pensando en deshacer los hogares, eliminando el cariño y la convivencia familiar. Pero, si alguien pone encima de todo el patrimonio, la herencia o el bienestar familiar, no podrá ser su discípulo ni trabajar con él en el proyecto de un mundo más humano.
Se entiende que si alguien solo piensa en sí mismo y en sus cosas, si vive solo para disfrutar de su bienestar, si se preocupa únicamente de sus intereses, que no se engañe, no puede ser discípulo de Jesús. Le falta libertad interior, coherencia y responsabilidad para tomarlo en serio.
Jesús sigue hablando con crudeza: «Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí no puede ser discípulo mío». Si uno vive evitando problemas y conflictos, si no acepta asumir riesgos y penalidades, si no está dispuesto a soportar sufrimientos por el reino de Dios y su justicia, no puede ser discípulo de Jesús.
El difunto Francisco señaló caricaturas de cristianos que tienen poco que ver con los discípulos de Jesús. Que no se pueda decir de nosotros lo que refleja lo que el Papa decía: «Cristianos de buenos modales, pero malas costumbres», «creyentes de museo», «hipócritas de la casuística», «cristianos incapaces de vivir a contracorriente», cristianos «corruptos» que solo piensan en sí mismos, «cristianos educados» que no anuncian el Evangelio...
Iniciamos septiembre. El lunes 8 es el inicio del curso en nuestra Unidad pastoral con la celebración de la virgen de Olárizu. Este es el décimo y último envío de los puntos con los que soñar con la iglesia que hace falta para nuestro momento con la reflexión de los obispos “El contraste paciente”. Si alguien quiere continuar con esa reflexión, puede pedir en su parroquia la carta pastoral. En total son 16. PINCHA ABAJO.