Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario C to21 250824
Cada cierto tiempo alguien pone nombre al estilo de sociedad y ese nombre se generaliza. No sé si se le sigue llamando sociedad posmoderna. No sé cuál es el nombre actual, pero es evidente que se impone con fuerza un estilo de vida marcado por el pragmatismo de lo inmediato. Las grandes cuestiones valen para una corta tertulia. Certezas firmes, convicciones profundas… hasta que nos tocan la cartera. Derechos humanos hasta que nos asoma la xenofobia aporofobia o cualquier otro rechazo. Nos vamos convirtiendo en seres triviales, cargados de tópicos, sin consistencia interior ni ideales que alienten nuestro vivir diario, más allá del bienestar y la seguridad del momento.
Y en la iglesia, similar. Cristianos que no se inquietan por la «salvación eterna», esa que tanto preocupaba hace años: bastantes la han borrado sin más de su conciencia; algunos, no se sabe bien por qué, se sienten con derecho a un «final feliz»; otros ya no piensan ni en premios ni en castigos.
Según el relato de Lucas, un desconocido hace a Jesús una pregunta frecuente en aquella sociedad religiosa: «¿Serán pocos los que se salven?». Jesús no responde a su pregunta. No especula sobre el número. Va a lo esencial y decisivo: ¿Cómo actuar para no quedar excluidos de la salvación que Dios ofrece a todos?
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha». Son sus palabras. Dios abre a todos la puerta de la vida eterna, pero hemos de esforzarnos y trabajar para entrar por ella. Esta es la actitud. Confianza en Dios, sí; frivolidad, despreocupación, falsas seguridades, no.
Jesús alerta para no engañarnos con falsas seguridades. No basta con pertenecer al pueblo de Israel; no es suficiente con conocer a Jesús, tampoco con hablar con ese padre Dios bueno. Lo decisivo es entrar desde ahora en el reino de Dios y su justicia. De hecho, los que quedan fuera del banquete final son, «los que obráis la iniquidad».
Jesús invita a la confianza y la responsabilidad. En el banquete final del reino de Dios se sentarán los patriarcas y profetas de Israel. También paganos venidos de todos los rincones del mundo. Estar dentro o estar fuera depende de cómo responde cada cual a la salvación que Dios ofrece a todos.
Jesús termina con un proverbio. En relación con el reino de Dios, «hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos». Su advertencia es clara. Algunos que se sienten seguros de ser admitidos pueden quedar fuera. Otros que parecen excluidos de antemano pueden quedar dentro.
En los meses de verano no aparecerán las hojas de canto. Si quieres soñar con la iglesia que hace falta para nuestro momento al hilo de la reflexión de los obispos “El contraste paciente”. PINCHA ABAJO.