Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario C to28 251012 el Pilar
Una película del año 2004, se titula ¿Bailamos? En ella actúan famosos de aquella época Richard Gere, Susan Sarandon, Jenifer Lopez. La he vuelto a ver hace poco en no sé qué cadena y os comparto una sensación: el baile es un movimiento que permite armonizar con la otra persona, seguir su juego, sus piruetas, su ritmo. Quizá unas veces toca llevar el paso, y quizá otras toca dejarnos llevar. En un caso u otro, los cuerpos están fusionados, ya no son dos, son un solo cuerpo. Las miradas son cómplices, los movimientos acompasados… Es una vida. Son dos vidas que se mueven juntas creando algo nuevo.
En la Biblia hay momentos de fiesta con danza, armonía, vibración. Hoy, en el libro de las Crónicas, el Rey David emplaza a los músicos con sus instrumentos musicales y sus voces para que toquen y canten al paso del Arca de la Alianza, el Arca de Dios. Cuando Dios está presente, abre luz en la tristeza, Dios pasa por nuestras vidas y todo lo llena de luz, alegría y esplendor. Es Dios quien pasa a nuestro lado. Es Dios en medio de nosotros que nos lleva a escenas de vida impensables desde nosotros mismos, siempre si nos dejamos llevar.
Santiago estaba cansado en su ministerio. Según la tradición María se apareció al apóstol Santiago en Zaragoza para animarle en su misión evangelizadora. Y yo quiero ver en esa historia un baile entre María y Santiago para decirle que hay que estar en sintonía con Dios. Que la evangelización es como una danza entre él y la gente para que juntos vayan a Dios. Y, hecha desde el Padre de Jesucristo, dejandose llevar por el ritmo y la música de Dios, todo será más fácil.
Hoy vivimos un tiempo de aridez evangelizadora, al menos en nuestras comunidades. Como Santiago estamos cansados. No sabemos qué hacer. Es una paradoja: muchos medios, muchas personas y capaces, muchas ofertas cada cual con su nombre… Y las respuestas no son las esperadas.
¿Y entonces? Quizás necesitemos el aliento de María para entrar en sintonía con la gente y llevarles la música de Dios. Necesitamos danzar al ritmo de la gente e irles mostrando ese baile hermoso y pleno, el que se da en el encuentro con Dios. Que la Virgen del Pilar nos fortalezca y ante el desaliento nos ayude en esa armonía. Termino con un fragmento de la Ilíada, una novela de antes de Cristo:
En su viaje a Itaka, Ulises, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas. El astuto héroe recurre a una estratagema para oírlas y salvar la nave y a sus compañeros. Tapa los oídos de sus hombres con cera y le atan al mástil. Así sacia su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento. Este canto se revela melodioso y desgarrador, lleno de bellas promesas. Ulises grita a sus compañeros que lo desaten, pero éstos permanecen sordos a sus gritos. Finalmente, el barco pasa y los héroes escapan al funesto destino de tantos otros marinos que atraídos, chocaban contra los arrecifes y morían.
Sin embargo, Ulises no es el único en enfrentar a las sirenas. El poeta mítico Orfeo, que acompaña a Jasón en su búsqueda del vellocino de oro, logra también resistir a su fatal encanto. Cuando Jasón y sus hombres, atraídos por las melodiosas voces de las sirenas, cambian de rumbo y se dirigen hacia los arrecifes de la isla, Orfeo sacó su lira, entonó una canción más hermosa y sublime que el canto de las sirenas y cuando ellas escucharon el dulce canto, se lanzaron hacia el barco y se estrellaron. Así salva Orfeo a los marinos.
No es camino para nosotros cerrar los ojos, cerrar los oídos, atarnos para no contaminarnos ante lo que vive ahora la sociedad. No podemos cerrar el corazón. Y sí podemos seguir el camino de Orfeo. Llevar esa melodía más armoniosa, bonita, más bella y más palpable que la que nos puedan ofrecer, el evangelio y con el ejemplo de María ofrecer esa invitación a todos y cada uno: «baila con Dios».
Si quieres ver la hoja de participación de una de las parroquias de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu para este domingo del Pilar. PINCHA ABAJO.