Unidad Pastoral Santa María de Olárizu
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comentario C to22 250831
Jesús asiste a un banquete invitado por uno de los principales fariseos de la región. Es una comida especial de sábado, de fiesta, preparada con esmero. Los invitados son amigos del anfitrión, fariseos de prestigio, doctores de la Ley, modelos de vida para el pueblo.
Jesús tiene su mirada sobre esas personas, sobre ese evento y no se calla. Como es su estilo, les comparte una parábola. Al inicio de la comida o a los postres...cada cual que se lo imagine
Puedo imaginar yo y cualquiera que escucha semanalmente el evangelio que la mirada de Jesús tiene que ver con el Dios Padre y con los hijos descartados. Parece que se le han venido a la cabeza los que nunca son invitados. Los que no cuentan: excluidos de la convivencia, olvidados por la religión, despreciados por casi todos…. Alguien les ha llamado los “nadie”.
Jesús les señala la actitud de buscar los primeros puestos y no fijarse en los demás. Y, a continuación les propone: «No invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, porque corresponderán invitándote [...] Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».
Una vez más, Jesús apunta a humanizar la vida rompiendo, si hace falta, esquemas y criterios de actuación que nos pueden parecer muy respetables, pero que, en el fondo, indican nuestra resistencia a construir ese mundo más humano y fraterno más como lo quiere Dios.
De ordinario, vivimos instalados en un círculo de relaciones familiares, sociales, políticas o religiosas con las que nos ayudamos mutuamente a cuidar de nuestros intereses, dejando fuera a quienes nada nos pueden aportar. Invitamos a los que, a su vez, nos pueden invitar Eso es todo.
Así, esclavos de unas relaciones interesadas, no somos conscientes de que nuestro bienestar solo se sostiene excluyendo a quienes más necesitan de nuestra solidaridad gratuita para poder vivir. Intentando romper esas destructivas rutinas nos hablaron de «La cultura del bienestar que nos hace insensibles a los gritos de los demás». Alguien con sensibilidad, mirando lo que pasa en el primer mundo, y esos somos nosotros, los habitantes de esta parte de vitoria, dijo dos frases que son para hacer un examen de conciencia; dos frases para cambiar de prioridades en nuestra vida: «Hemos caído en la globalización de la indiferencia», «Hemos perdido el sentido de la responsabilidad».
Los seguidores de Jesús hemos de recordar que abrir caminos al reino de Dios no consiste en construir una sociedad más religiosa o en promover un sistema político alternativo a otros también posibles, sino, ante todo, en generar y desarrollar unas relaciones más humanas que hagan posible unas condiciones de vida digna para todos, empezando por los últimos.
Acabamos el mes de agosto. Con el lunes 8 daremos inicio al curso pastoral en la fecha que se celebra la virgen de Olárizu. Dejaremos de enviar los puntos con los que soñar con la iglesia que hace falta para nuestro momento al hilo de la reflexión de los obispos “El contraste paciente”. Si alguien quiere continuar con esa reflexión, puede pedir en su parroquia la carta pastoral. En total son 16. PINCHA ABAJO.